ADCOME. ¿Cuál es su verdadero nombre? ¿Quién hay detrás de Fría Aguilar?

Fría Aguilar (FA) Desde niña siempre he creído que los nombres deberían poder cambiarse cada día, cada estación o según donde vivieras, me parecía una atadura terrible que no se permitiera esa licencia, no hay nadie que no se haya puesto un nombre nuevo de pequeño. No puedo decir mi nombre (je, je, je) porque es la pregunta que todo el mundo me hace, y perdería una de las excusas para iniciar una conversación.

¿Por qué eligió Fría Aguilar como seudónimo o alias para su carrera profesional?

FA. El nombre lo elegí un poco pensando en Frida Kahlo, que para mí no es un referente ni creativo ni feminista, pero sí que representa mi visión romántica de lo que es una “artista”. Aquella persona que ha conseguido convertir su forma de vida, en todos los ámbitos, en un pequeño mundo de estética y arte. Su casa, sus relaciones, su pintura, su amor… Además me ha impresionado siempre el triste drama que le acompañó hasta el fin de sus días. El arte en el dolor.

¿Guarda relación el adjetivo ‘fría’ con su personalidad?

FA. La palabra Fría coincide con mi personalidad porque me gusta poner distancia con las personas, no tolero la invasión y voy volviéndome cálida a mi ritmo y con quién elijo. Me parece que el nombre frena el acercamiento gratuito. La palabra borde me parecía demasiado dura (je, je, je) tal vez debería haberla elegido. No creo que sea fría ni borde, intento no perder mi tiempo con situaciones o personas que aporten poco.

De niña y/o adolescente, ¿se sentaba al final de la clase y en lugar de atender al profesor se dedicaba a dibujar en el cuaderno?

FA. A dibujar no, pero fantasear sobre cualquier tema que explicara un profesor y hacer mil preguntas, eso siempre. Aún me sigue intrigando todo, me voy de un tema a otro sin ningún orden y me paso la vida preguntando e investigando cosas de lo más variadas… Pero sí, tal vez mi defecto es no disfrutar las cosas como van sucediendo, sino como yo fantaseo que podrían ser, no soy nada realista, pero me fascina aprender. Era una buena estudiante, siempre bastante seria, pero también algo perdida en mi mundo. Lo malo de la imaginación es que no te deja disfrutar de lo que estás viviendo, apenas tengo recuerdos con esta manía de evadirme tanto.

¿Cuándo supo que sería ilustradora?  

FA. Hace 10 años participé en una exposición de acuarelas sobre personajes de cuentos tradicionales, a raíz de esa exposición sentí curiosidad por la interpretación de las historias dibujándolas. Muchas veces me decían que mis cuadros contaban historias enteras. Así, con el reto de interpretar a otros, comencé a formarme como ilustradora. Con Marián Lario, que me inició en las técnicas y composiciones, o con Miguel Tanco, que es un maravilloso ilustrador, muy sensible, con quien supe leer los cuentos de otra manera y crear metáforas de metáforas con mi propio imaginario. El ilustrador siempre necesita palabras para trabajar, te obligan a pensar, y ese ejercicio de solucionar un texto dibujando es algo que agradece mucho mi mente.

¿Qué técnicas utiliza en sus obras?

FA.Todo mi trabajo es digital, desde el inicio. Son pinceles “falsos” que imitan materiales reales como la acuarela, la tinta o el lápiz, después juego con el collage, introduciendo texturas o fotografías. 

¿A qué ilustradores admira?

FA. Me gustan mucho Gabriel Pacheco y Ana Juan. Él por su técnica y belleza en los colores y dibujos tan cuidados, ella por su punto siniestro y dramático que siempre me inspira. Para niños Ofra Amit, auque tiene una posición totalmente adulta, trabaja muy bien los colores y la tristeza de los personajes. De niños nos contaron “cuentos” poco tradicionales como “Romeo y Julieta”, “El Lago de los Cisnes”, “Ulises”… así que la tragedia nos ha traumatizado y me fijo mucho en el drama de otros autores.

Usted es autora e ilustradora del libro “Historias de hermanos”, ¿qué la llevo a escribir e ilustrar sobre este tema? 

FA. Leyendo una biografía sobre Marie Curie, hablaban de su hermana médico, que para mí era totalmente desconocida y que fue una gran ayuda en los momentos más depresivos de su vida. Ahí comencé a preguntarme por la importancia que tienen los hermanos en nuestro crecimiento, lo hablé con un psiquiatra y me puso al día de las terapias que se utilizaban contando con los hermanos como elementos esenciales. Me pareció interesante. 

¿Siguió algún criterio a la hora de elegir las parejas o grupos de hermanos? 

FA. Elegí historias que me resultaban muy emocionales y algo dramáticas, como siempre, y fue un trabajo interesantísimo de investigar. Me he quedado con ganas de haber escrito sobre un hijo único, los “no hermanos”.

¿Tiene hermanos?

FA. Tengo 3 hermanos y soy la mayor, siempre hacían lo que yo mandaba (je, je, je). Con mi hermana tengo un vínculo especial, porque es muy creativa y me cuenta cuentos maravillosos y redondos que inventa con gran facilidad y hemos hecho mucha vida juntas compartiendo amigas y momentos.

¿Está trabajando en algún proyecto nuevo?

FA. Siempre tengo mil ideas y salto de una a otra, pero espero poder ofrecer pronto a las editoriales un libro sobre venenos y sus historias, con grandes envenenadoras que han existido, una forma de matar típicamente femenina además. Los distintos tipos de venenos cuentan con muchísimas curiosidades, leyendas, personajes y objetos relacionados.

Tengo también un cuento escrito sobre un antiguo sanatorio que me gusta muchísimo y de vez en cuando retomo trabajando en sus dibujos, pero el tema es tan poco “correcto” que seguramente no tendrán ninguna salida, lo hago por puro placer dramático.

Si dependiera de usted, ¿qué libro o libros ilustraría?

FA. No sé si me gustaría ilustrar un gran libro. Creo que hay que dejarlos que sigan inspirando imágenes únicas según la persona que los lee y su propio imaginario. Las maravillosas descripciones de autores reconocidos deberían ser suficientes y no quiero ser una intrusa en aquello que ellos quisieron contar solo con palabras. El álbum ilustrado para adultos me gusta mucho pero trabajando sobre nuevas ideas: zines, arte. libros, publicaciones más experimentales… Soy prudente y respetuosa con los escritores, considero mucho más difícil y exigente escribir bien que dibujar bien. Y para mí alguien que tiene la disciplina para terminar un libro completo no debería ser “pintarrajeado”. Es broma.

María Viedma

Escritora