"La Ciudad de las Cúpulas", el apasionado encuentro de Oriente y Occidente en Melilla de la mano de Carlos Baeza.
No es fácil encontrar lugares como Melilla en los que Occidente y Oriente, dos espacios tan separados como conectados, coinciden de forma asombrosa. En esta atractiva ciudad española enclavada en el norte de África, a medio camino de estos dos mundos, un artista ha logrado captar este mestizaje de cultura y sabiduría a través de su obra. El proyecto de 'La Ciudad de las Cupulas', del melillense Carlos Baeza, no es solo un exitoso trabajo artístico, es también una historia visual de tolerancia, encuentro y respeto entre hombres y mujeres que comparten sus diferencias construyendo lo que les une. En esta
entrevista descubrimos este singular viaje por la memoria y las sensaciones de una ciudad mágica a través del relato del artista.
Usted nació y vive actualmente en Melilla. Háblenos brevemente de su ciudad y díganos: ¿Qué hace a una ciudad como Melilla que sea tan atractiva desde el punto de vista plástico?
Melilla es una pequeña ciudad española enclavada en la región del Rif, en el norte de África, a orillas del Mar Mediterráneo. Tanto su posición geográfica como su Historia le confieren un carácter muy particular. Es por ello que, para comprender mejor el mensaje de mi proyecto, habría que conocer la idiosincrasia de esta ciudad norteafricana, sus avatares históricos, su rico patrimonio cultural o su legado arquitectónico modernista.
Podría haber escogido como motivo de mis pinturas urbanas cualquier otra de las ciudades maravillosas que estarán eternamente ligadas a mis admirados maestros: Venecia, Nueva York, Madrid...pero Melilla es el escenario que tiene plantadas sus raíces en mi memoria. Su discreto encanto y, por qué no decirlo, la decadencia de esta ciudad africana, tenerla tan próxima, me convenció desde mis primeros pasos de su singular belleza.
Debido a su posición estratégica, sobre este peñón calcáreo se fueron asentando fenicios, cartagineses, romanos y almohades hasta que en 1497, ya con presencia española, se comienza a construir una imponente fortaleza para defenderla de corsarios o de otros reinos invasores. Fue ya a finales del siglo XIX cuando la ciudad se extiende extramuros de la Ciudad Vieja y surge el ensanche modernista que hoy la caracteriza.
"Melilla es el escenario que tiene plantadas sus raíces en mi memoria."
¿Podría definirnos su proyecto? ¿Qué es para usted La Ciudad de las Cúpulas?
La Ciudad de las Cúpulas es el nombre de un proyecto personal a nivel plástico, cuyo contenido desarrollo en mi libro titulado "La Ciudad de las Cúpulas y las Mezquitas" (1). Un homenaje artístico a la ciudad donde nací. Representa, de forma metafórica, mi particular visión de la “ciudad soñada”, esa que
se construye a base de recuerdos. Mis óleos y dibujos van recomponiendo una especie de ciudad ideal en clave melancólica. Mi propia Arcadia.
Se trata, por lo tanto, de un viaje imaginario a esos escenarios comunes que forman parte de nuestra memoria colectiva. Como tantas veces he dicho, “mi” Ciudad de las Cúpulas es algo más que un simple lugar geográfico, es un lugar emocional que solo existe en el pensamiento.
"La Ciudad de las Cúpulas no es un lugar geográfico, es un lugar emocional."
¿De qué manera ha influido en su proyecto el hecho de nacer en esta ciudad norteafricana?
Yo nací en uno de esos barrios que afloraron fuera de las murallas de la ciudad vieja. En sus orígenes se trasladaron allí los primeros comerciantes judíos, pero en la época en la que nací ya era un bullicioso colmenar donde coexistían cristianos, musulmanes y hebreos a partes iguales. El dormitorio donde mi madre me trajo al mundo daba a la Mezquita Central, casi la podía tocar con las manos. De esa época atesoro olores: el aroma dulzón de los cafetines, la fragancia de las especias y el té con hierbabuena. También sonidos, los de una ciudad bulliciosa. Ese rumor de lo cotidiano solo era interrumpido, cinco veces al día, por la letanía del muecín llamando al rezo.
Uno no puede abstraerse de esos recuerdos infantiles. Claro que todo esto influye en el artista. Por eso le he dedicado varias obras a la Mezquita y sus alrededores.
Usted habla en su libro de “pasión orientalista”. ¿Podría definirnos mejor este concepto en el contexto de su obra?
Tenga en cuenta que en tan solo 12 kilómetros cuadrados se habla, se come o se reza según el barrio donde se encuentre. Melilla es un claro ejemplo de sociedad multicultural.
Así mismo, la existencia de esta ciudad no se podría entender aislada de su exótico entorno inmediato, ese que se extiende más allá de las fronteras físicas que, desgraciadamente, también le confiere ese carácter de insularidad. La influencia bereber en algunas de mis obras se traduce en un sentimiento emocional que va más allá de la nostalgia.
Al ser una ciudad fronteriza, mi obra “ilustra ese cordón umbilical invisible que lleva alimentando uno y otro lado de la raya de Melilla”, porque gran parte de mi universo onírico es una recreación poética que habla del mestizaje y la superposición de culturas en la línea del Tiempo. Algunas de mis obras recogen
mi personal fascinación por un determinado “orientalismo” circundante, el anverso de esta ciudad que refleja otra realidad que no podemos eludir.
Como puede comprobarse en muchas de mis obras, la fascinación por el mundo oriental va más allá de los estilizados minaretes de sus mezquitas y moravos, se centra también en la sofisticada liturgia de algunas de sus ancestrales costumbres. La plasticidad de objetos sencillos, pero de una potente carga ritual, como las teteras y los multicolores vasos de té están muy presentes en mis obras. A eso me refiero.
"Gran parte de mi universo onírico es una recreación poética que habla del mestizaje y la superposición de culturas en la línea del Tiempo."
Indíquenos, por favor, en qué medida se inspira su obra en este mestizaje.
Como le he comentado, esta ciudad ofrece al artista muchos elementos de inspiración. Junto a la sobresaliente arquitectura modernista hay un rasgo esencial que me parece oportuno destacar. Le he hablado del mestizaje. Esta confluencia cultural es palpable en el discurrir rutinario de esta ciudad fronteriza. Muchas de mis obras intentan poner de relieve esta cualidad.
Quizás sea la tetralogía “Las Puertas de la Ciudad de las Cúpulas” la que mejor represente la misma unidad de pensamiento al respecto de este mestizaje cultural, ya que ninguno de estos pórticos existe como tal. Cada versión recoge elementos ornamentales de la arquitectura melillense para recrear cuatro supuestas entradas a una ciudad imaginaria. Esta simbiosis estilística viene a demostrar que sobre las huellas del pasado se puede construir una belleza superior, más compleja, más rica, en definitiva.
"No puede entenderse esta ciudad sin su estrecha relación con ese entorno circundante."
¿Cómo influye en su obra la proximidad geográfica con un país como Marruecos?
Melilla tiene un gran poder de seducción, ya que son muchas las virtudes que puede ofrecer al foráneo. La ciudad siempre ha gozado de una privilegiada situación geográfica, sirviendo de umbral entre dos mundos,de paso obligado entre dos civilizaciones. En ese sentido, una parte de la ciudad que represento en mi libro debiera entenderse también como esa gran puerta del Sur (o del Norte según convenga).
Soy un amante de la rica cultura bereber, de esos exóticos paisajes que se extienden más allá de la frontera. Mis continuos viajes a Marruecos han inspirado las numerosas interpretaciones que he realizado de las abigarradas ciudades de adobe del sur. Desde pequeño quedé fascinado con la plasticidad y el colorido de sus medinas. No puede entenderse esta ciudad sin su estrecha relación con ese entorno circundante. Es lo que he llamado en mi libro "La llamada del Sur".
Desgraciadamente, el progresivo aislamiento de la ciudad debido a la complicada situación de la frontera me lleva a pensar en la pérdida de aquel modelo de convivencia entre sus pobladores y su entorno físico que tanto añoramos.
(1) "La Ciudad de las Cúpulas y las Mezquitas" Carlos Baeza Torres. 1978- 2018
Editorial Círculo Rojo ISBN: 978-84-1304-493-4
Distribución: Librería "Mapas y Compañía".
C/Compañía, 33. 29008 Málaga. España
Tlf: +34 952 608 815
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